Las mirillas son un elemento esencial en cualquier puerta de entrada, ya que permiten ver quién está al otro lado sin tener que abrir la puerta. Con el tiempo, una mirilla puede desgastarse, rayarse o simplemente no ofrecer la claridad necesaria. Cambiarla puede parecer una tarea complicada, pero con las herramientas y conocimientos adecuados, es un trabajo sencillo que puedes hacer tú mismo/a.
Materiales y herramientas necesarios para cambiar la mirilla
Antes de comenzar, es fundamental reunir todos los materiales y herramientas que necesitarás para reemplazar la mirilla de tu puerta.
Por supuesto, debes asegurarte de que la mirilla que has comprado se ajuste al grosor de tu puerta y tenga el mismo diámetro que la anterior.
También debes tener en cuenta que dependiendo del tipo de tornillos que sujeten la mirilla, necesitarás un destornillador de cabeza plana o de estrella. Además, si no tienes una mirilla previa y necesitas hacer un nuevo agujero, será necesario disponer de un taladro. La broca debe ser del mismo diámetro que la mirilla nueva si necesitas hacer un agujero nuevo.
¡No te olvides de proteger la puerta mientras trabajas! Puedes usar cinta adhesiva para colocar un plástico o simplemente puedes usuar una toalla.
Paso 1: Quitar la antigua mirilla
El primer paso para reemplazar la mirilla es retirar la antigua. Para hacerlo, sigue estos pasos:
- Acceso a la mirilla interna: la mayoría de las mirillas tienen una parte interna que se puede desenroscar. Abre la puerta y localiza esta parte.
- Desenroscar la mirilla: usando tus manos o un destornillador (si es necesario), comienza a desenroscar la parte interna de la mirilla. Si está demasiado apretada, utiliza un alicate con mucho cuidado para no dañar la puerta o la mirilla.
- Retirar la mirilla: una vez que la parte interna esté suelta, la mirilla debería salir fácilmente del agujero de la puerta. Si la mirilla está obstruida por pintura u otros materiales, utiliza un cúter para despejar el borde con cuidado.
Paso 2: Preparar la puerta para la nueva mirilla
Antes de instalar la nueva mirilla, es importante asegurarse de que el agujero en la puerta esté limpio y listo:
- Limpiar el agujero: inspecciona el agujero donde estaba la mirilla anterior. Si hay residuos, pintura vieja o suciedad, límpialo bien para asegurarte de que la nueva mirilla se ajuste correctamente.
- Medir el agujero: verifica que el diámetro del agujero sea el correcto para la nueva mirilla. Si es necesario, utiliza una lima o una broca para ajustar el tamaño del agujero.
Paso 3: Instalar la nueva mirilla
Ahora que la puerta está lista, es el momento de instalar la nueva mirilla:
- Insertar la parte externa: desde el exterior de la puerta, inserta la parte externa de la nueva mirilla en el agujero. Asegúrate de que esté bien alineada y de que no quede inclinada.
- Ajustar la parte interna: desde el interior de la puerta, coloca la parte interna de la mirilla en su lugar. Dependiendo del diseño, esta parte puede enroscarse en la externa o simplemente encajarse.
- Apretar la mirilla: con cuidado, comienza a enroscar la parte interna en la externa. Asegúrate de que esté bien ajustada, pero no la aprietes en exceso para evitar dañar la puerta o la mirilla.
Paso 4: Probar la mirilla
Con la nueva mirilla instalada, es hora de asegurarse de que funcione correctamente. Debes revisar la visibilidad y comprobar que se ve correctamente a través de ella. Cierra la puerta y mira a través de la mirilla desde el interior. Asegúrate de que la vista sea clara y que puedas ver bien hacia el exterior.
Si la imagen no es clara o la mirilla parece estar suelta, ajusta la instalación según sea necesario.
Paso 5: Mantenimiento de la nueva mirilla
Para garantizar que tu nueva mirilla dure mucho tiempo y continúe funcionando de manera efectiva, ten en cuenta los siguientes consejos de mantenimiento:
Haz una limpieza regular, limpiando la mirilla con un paño suave y un limpiador de vidrio para mantenerla clara y libre de manchas. Es importante evitar golpear la puerta bruscamente, ya que esto podría desajustar la mirilla con el tiempo. Y no te olvides de, cada pocos meses, verificar que la mirilla esté bien ajustada y funcionando correctamente.
Consejos adicionales para una instalación exitosa
Asegúrate de que la mirilla que elijas sea compatible con el grosor de tu puerta. Las puertas más gruesas pueden requerir una mirilla especial.
Recuerda que debes utilizar las herramientas adecuadas para cada parte del proceso. Esto no solo facilitará el trabajo, también evitará daños en la puerta o la mirilla. Y no olvides proteger la pierta mientras manipulas las herramientas cerca de ella. De esta manera, evitarás daños a la puerta que puedan suponer un gasto extra.
Cambiar una mirilla de puerta es una tarea sencilla que no requiere de habilidades avanzadas de bricolaje. Con las herramientas adecuadas y siguiendo los pasos detallados en esta guía, podrás realizar el cambio de manera rápida y eficaz.